Por delante nos queda un vuelo de tres horas aproximadamente en el que buscamos entretenimiento echándonos una cabezadita.
A primera vista se percibía unos azafatos muy amables y es así que a mitad del vuelo nos dieron de merendar de forma gratuita! Recibimos un bocata, un zumo, coca-cola(podías elegir todo lo que quisieses), té y café.
La verdad que un vuelo bastante ameno y en cuanto menos nos dimos cuenta ya estábamos en Terceira.
El aeropuerto es pequeñito, la recogida de maletas está justo al entrar a la terminal, no tiene pérdida. Las maletas salieron en unos 15 minutos.
A la salida al exterior se encontraban, como nos dijeron al principio, trabajadores de Portugal Tours que nos indicaron qué autobús nos llevaría a nuestro hotel. Llenamos entre todos los del avión unos cinco autobuses que nos repartirían a los distintos hoteles.
Hacía buena temperatura, unos 17 grados a las seis y media de la tarde Terceriense pero algo nublado.
El autobús partió hacia nuestro hotel "Terceira Mar", mientras tanto, uno de los trabajadores nos contó a través del micrófono un poco de historia de la isla, así como las actividades que existían y las que tenía programada Portugal Tours.
Un trabajador muy amable que nos dio a todos un folleto de información con las actividades a realizar, alquiler de vehículos y su número de teléfono por si teníamos alguna duda. Destacar que hablaba castellano perfectamente.
En cuanto a la historia de Terceira, fue dos veces capital de portugal, puerto de parada de barcos que se dirigían desde y hacia América y muy religiosa.
Nos explicaron que aunque la isla solo cuenta con 25 municipios, tienen unas 75 capillas ''del espíritu santo'' dentro de las cuales encontramos una corona haciendo referencia al mismo.
En cuanto al trabajo y a la actividad de la isla, encontramos la ganadería, no recordamos bien las cifras, pero nos contaron (más o menos) que hay 56.000 habitantes en la isla y 70.000 cabezas de ganado, lo que explica la división de todo el campo en parcelitas en las que vemos principalmente cabras y vacas pastando, además, aunque las azores solo representan el 2 % de Portugal, producen el 30% de sus productos lácteos.
La verdad es que me gustó mucho todo lo que nos contó sobre la isla, nos hablaron de la arquitectura de Angra, la ciudad en la que nos quedamos, que como ya vereis tiene unas casitas de colores muy caracteristicas, las hay verdes, rojas, azules... y las iglesias, los parques, los restaurantes.. todo es igual, se ve muy bonito y cuidado.
Otra cosa graciosa es que el bus urbano, que nos puede llevar desde el hotel al centro de la cuidad (aunque andando son realmente 10 minutos) cuesta 30 céntimos... creo que alguien que yo me se no va a andar ni un solo día... (bueno la verdad es que es el tercer día y aun no he cogido el bus, soy toda una deportista!)
Bueno, cuando salimos del aeropuerto nos montamos en uno que se dirigía a los hoteles Do Caracol y Terceira Mar (el nuestro), la oferta que cogimos tenía varios hoteles como opciones, entre ellos uno de 5 estrellas, lo que hicimos para decidirnos fue leer opiniones y ver fotos por TripAdvisor de turistas que habían visitado la isla más o menos en las mismas fechas que nosotros y la verdad, nos alegramos muchísimo de haber elegido éste. Cuando lo vimos desde el autobús, los pasajeros del asiento de atrás dijeron ''¿Seguro que este no es el nuestro? Jolin es super bonito...''. Sí, este era el nuestro jejejeje.
Todas las habitaciones tienen vistas al mar, al jardín con las piscinas y al monte Brazil que es espectacular.
Desde fuera se ve la piscina interior climatizada, que está al lado del jacuzzi, la sauna, baño turco y gimnasio.
En la recepción del hotel nos atendieron super rápido y bajamos a nuestra habitación a dejar nuestras cosas (sí, este hotel tiene las habitaciones abajo y la recepción arriba, porque está en desnivel) de modo que nuestra terracita da directa a los jardines, y a nivel del mar.
Una vez acomodados llegó el momento de salir a cenar, ya que solo tenemos incluido el desayuno. Tardamos 10 minutos en llegar al centro de la ciudad, no hacía nada de frío por lo que el paseo fue muy agradable. Pero al llegar al centro... PROBLEMÓN- SORPRESA, aquí a las 22:00 hora local no hay nadie en la calle. Los bares están ya todos cerrados. Solo quedaba abierto un puestecito de kebab, pero no era lo que más ilusión nos hacía... El destino de nuevo... nos encontramos un barecito abierto en una calle paralela a la principal, ''People'', no tenía muy buena pinta (aunque luego hemos visto que todos los bares de aquí tienen el mismo estilo antigüillo) pero como era el único que había nos decidimos a entrar. Decir que desde ese momento hemos vuelto ya 3 veces. Son encantadores, muy cercanos y atentos, hablan todos los idiomas y la comida está riquisima y muy barata. Tomamos sopa de verduras (1.2$), Bollo de pan tradicional con filete de lomo y salsa (1.8$) y sandwich de queso de las azores con mantequilla (1.6$). No hace falta que lo diga, ¿no? increíble. Comemos y cenamos por 5 euros (los dos) cada vez.
Cuando terminamos, volvimos andando al hotel y ¡directos a la cama! caímos rendidos en medio segundo diciendo, ¿serán bonitas mañana las vistas desde la habitación? tendréis que esperar al próximo post!!
